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Operación Triunfo 2017

  • Julián González
  • 19 sept 2018
  • 4 Min. de lectura

Operación Triunfo 2017 ha sido un éxito. Y eso que yo empecé siendo escéptico con respecto a la popularidad que iba a tener el programa y la calidad de la música de sus participantes.

Y tenía su justificación: el gran éxito que había tenido "el primer formato" de OT de entre 2001 y 2004 (hablo de las ediciones de TVE; lo que pasó luego en Telecinco no alcanzó tanta popularidad) había sido tal que no podía imaginarse que volviera a ocurrir lo mismo en este rescate al formato, mucho menos después de haber pasado dieciséis años desde la edición anterior.

Los máximos triunfantes de OT de entre 2001 y 2011 han sido, en este orden: David Bisbal, Manuel Carrasco y Pablo López (en las ediciones de 2001, 2002 y 2008 respectivamente). Lo cierto es que en aquella época era imposible pensar también que estos cantantes pudieran llegar al nivel de los grandes de su tiempo, como Alejandro Sanz, Luis Miguel o Chayanne. En el caso del almeriense, este pensamiento se alejó en cuanto los números le hicieron justicia: a día de hoy, ha vendido una media de 1 millón de copias por álbum publicado.

Pero es que los de OT 2017 han arrasado también. YA han arrasado, cuando no ha pasado ni un año desde que empezó la edición.

No es justo comparar ambos formatos. Aunque parezca poco, dieciséis años son muchos años. La mentalidad de los jóvenes, la forma de hacer televisión, y la medida del éxito no son las mismas. Antes, quizá, contaban más los millones en las ventas de álbumes y en los espectadores del programa; y hoy estas cifras cuentan más en las grandes plataformas de las redes sociales como YouTube, los seguidores de Instagram, o las interacciones en Twitter.

Sin embargo, en ambas versiones había varios elementos en común. La gente encontró cercanía en los concursantes, personas con las que se podían identificar; en definitiva, jóvenes con sus miedos, virtudes, agobios, tristezas, penas y alegrías que luchaban cada día persiguiendo su sueño: triunfar en el mundo de la música.

Y no sólo hablamos de las galas emitidas semana a semana. Hablamos de un seguimiento diario: los directos en YouTube, los chats, los resúmenes, los tweets, las fotos... un seguimiento a mayor escala hoy que hace dieciséis años.

Ana Guerra y Aitana han arrasado con "Lo malo" en las discotecas, sobre todo en las españolas. En el caso de la tinerfeña, se ha lanzado de lleno apostando por el caballo ganador: el reggaetón y lo electrónico. Prueba de ello es la canción que ha lanzado junto a Juan Magán: "Ni la hora".

Además, tanto "Lo malo" y "Ni la hora" aciertan cuando, en sus letras, cuentan historias que vuelan alrededor de uno de los temas que más popularidad, controversia y discusión presenta en el mundo de hoy: el feminismo.

Hija de su tiempo, esta edición de Operación Triunfo ha puesto en relieve una serie de valores muy comunes en esta década del siglo XXI, como el ya mencionado feminismo o todo lo que tenga relación con lo LGTBi.

En el caso de Alfred encontramos el prototipo de niño prodigio. El catalán interpreta y canta bien, y toca la guitarra, el trombón y el piano. Un chaval polifacético. Con una mezcla de Louis Armstrong, Michael Jackson, David Bowie y la vanguardia de la música catalana y alternativa.

Sospecho que sus discos estarán sumamente cuidados y tendrán una calidad musical incontestable. Pero, como en todo en la vida de un artista, el público será el que decida su éxito.

Miriam Rodríguez es una de las concursantes con más talento de Operación Triunfo 2017. De ahí su merecido tercer puesto. Voz prodigiosa, sensibilidad... Una transmisión de emociones sin igual. De destacar es su última actuación cantando "Invisible" de Malú para poder darse cuenta de todo lo dicho

Aitana ha sido la más exitosa del concurso. Sólo hay que ver su número de seguidores en Instagram y sus reproducciones en YouTube en las canciones “Lo malo” y “Teléfono”. Intuyo que su disco irá en su misma línea: pop con sonidos internacionales. Si esto es así, y si este éxito basado en los números sigue in crescendo, le auguro una carrera musical regular y provechosa.

Amaia es la más talentosa. Voz dulce, que acaricia, que pone el vello de punta. Niña prodigio con el piano. Capaz de cantar “lo que le echen”. Lo mismo te canta algo por Marisol, lo mismo canta por Los Beatles, o algo flamenco, o algo popular de Navarra. Su música pinta ser lo mismo: dulce, susurrada y alternativa. Muy parecido a lo que hace Rozalén, su alma máter en la canción que la manchega le compuso a la concursante para participar en Eurovisión. Se prevé que su éxito no estará basado en lo popularmente conocido por números o grandes producciones, luces, focos y coreografías en los escenarios; sino que estará basado en lo a gusto o no y lo que disfrute o no la pamplonica con la música que haga.

Pero esto sólo son suposiciones.

El público y el tiempo serán al final los actores que decidirán.

La verdadera “Operación Triunfo” ha comenzado ahora.

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